El Ayuntamiento de Benalmádena ha destinado 161.215,72 euros (impuestos incluidos) a la adquisición de maceteros con flores artificiales para embellecer diversas calles y espacios del municipio. Esta inversión cubre únicamente el suministro y montaje, ya que la instalación de los maceteros—con un coste medio de 154 euros por unidad—queda en manos del propio Consistorio.
En total, se han comprado 350 maceteros circulares de 60 centímetros de diámetro, diseñados para fijarse en farolas y contener una decena de plantas sintéticas cada uno. Hasta ahora, ya se han colocado 250, mientras que los 100 restantes se destinarán a Benalmádena pueblo una vez finalicen las obras iniciadas en noviembre de 2023.
A esta compra se suman otros 700 pequeños maceteros vidriados de distintos colores, cada uno con una única planta de plástico, que están siendo instalados en paredes. La mitad ya ha sido colocada, mientras que el resto se distribuirá “según se reciban peticiones en Servicios Operativos”.
Críticas por el elevado coste y la gestión ambiental
Más allá del elevado coste de esta iniciativa—cuyo presupuesto inicial ascendía a 163.890,87 euros—la oposición ha cuestionado la política ambiental del alcalde, Juan Antonio Lara. Desde el PSOE denuncian que las decisiones del actual equipo de Gobierno reflejan una falta de planificación y un modelo de ciudad basado en el “gasto innecesario”.
Entre las medidas más controvertidas desde la llegada del PP con mayoría absoluta, los socialistas mencionan la pintura artificial de césped natural en el Puerto Deportivo, la tala de palmeras en la avenida del mismo nombre, la eliminación de centenares de árboles en parcelas públicas y privadas y la sustitución de vegetación autóctona por especies propias de climas áridos. También critican el reemplazo de césped natural por artificial en rotondas y medianas, así como la tala de árboles en la playa naturista y en una de las principales avenidas del municipio.
Basureros improvisados en espacios públicos
A estas polémicas se suma la acumulación de residuos en distintos puntos del municipio, que la oposición califica de “vertederos municipales encubiertos”. Denuncian la existencia de más de 2.000 contenedores de plástico en desuso, escombros y restos de poda en espacios públicos como el futuro parque Albaytar o las faldas del monte de Benalmádena. Mientras el Ayuntamiento opta por decoraciones sintéticas, la oposición insiste en que la política medioambiental en Benalmádena se basa en la improvisación, la falta de sostenibilidad y el derroche de recursos públicos.