Arriate se encuentra en un entorno natural privilegiado, enmarcado por el impresionante Valle del Guadalcobacín. Este paisaje está coronado por la Sierra de las Cumbres, que alcanza los 911 metros, y el Cerro de las Salinas, con 954 metros de altitud.
Este paraje singular ofrece al visitante un sinfín de posibilidades. Para los amantes de la naturaleza, un paseo por el valle y sus alrededores permite disfrutar de un escenario natural en todo su esplendor. Hay múltiples rutas de senderismo adaptadas a distintos niveles de dificultad. Entre las más destacadas se encuentran el camino al Puente de la Ventilla, el paraje natural del Arroyo Oscuro o la ruta hacia Montejaque o Ribera de Don Rodrigo. Desde esta última, es posible desviarse hacia las ruinas romanas de Acinipo, un vestigio de gran valor histórico. Sea cual sea la exigencia del senderista, siempre habrá una ruta que se ajuste a sus preferencias.
Pero quienes prefieran pasear las calles del municipio, se encontrarán con un entramado recoleto que invita a disfrutar de un agradable paseo. Una opción muy recomendada es recorrer la ribera del río y subir al mirador de la Estacá para contemplar vistas espectaculares del entorno. También se pueden apreciar panorámicas impresionantes desde el mirador de la calle La Habana.
Mientras se recorre el pueblo, es fácil admirar detalles como las puertas de madera artesanales. Estas piezas, elaboradas por un reconocido gremio de carpinteros locales, reflejan el buen hacer de los artesanos de Arriate, quienes también fabrican muebles de gran calidad, muy valorados en toda la comarca.
Arriate es un municipio afín a la sostenibilidad. La localidad ha crecido de manera ordenada. Su calidad de vida y su carácter acogedor han convertido al pueblo en un destino atractivo para jóvenes parejas y residentes extranjeros. Las nuevas urbanizaciones están atrayendo a vecinos de localidades cercanas, lo que ha impulsado un incremento de más del 20 % en el censo desde la última actualización.
Foto: Facebook Ayuntamiento de Arriate