Encontré azufrado en la Red, a mi joven y canoso líder del PSOE malagueño Josele Aguilar; clamaba a todas las razones, para que conozcan los ciudadanos la desvergüenza de los personajes del PP en las instituciones andaluzas, por el auto regalo de medallas, diplomas y homenajes a sus correligionarios en ejercicio público. Una persona criada y creída en una historia familiar, en la que su bisabuelo, presidente de la Diputación de Málaga, Antonio Román, fue asesinado en el 36; un abuelo, Francisco Román, guía histórico del socialismo en Málaga, quién pasó de la represión y clandestinidad a diputado constitucional español, sin más agasajos que el recuerdo del deber cumplido.
El hecho de que el presidente Salado de la Diputación, rinda homenaje institucional a su pepero alcalde de Málaga, no sé si en Francisco de la Torre, lo hace por pesado edil o por haber sido presidente provincial en el Franquismo; Bendodo, exconsejero de la Junta, por sus maleficios prestados, recibe un premio de las tropas de Juanma en San Telmo. Don Elías experto en simplonatás contra el PSOE y sus gobernantes, le queda pronunciarse por la situación en Gaza, pocos gacetilleros le hacen la pregunta mollar sobre el crimen sobre los palestinos, algo deberá decir en conciencia.
El PP nunca se ha visto en otra en la Costa del Sol, ahora, subidos en el tren que nunca supieron proyectar contra el ministro Puente; su Mancomunidad costasoleña en uniforme del Partido Popular, le otorga la medalla oro a su jefe Excmo. Juanma Moreno. Hay que tener desfachatez, pero todo eso rinde paso a las vanaglorias que ese dictaban en el cuadro de los honores del pasado, dónde hasta a Fraga le pusieron avenida en Torremolinos, enlace con la borrada al constructor Sandokan.
Hubo un presidente ultra longevo en el comunismo búlgaro, Todor Zhivkov, que sabiendo que al gran jefe Brezhnev, le encantaba llenar sus ubres de chatarra ostentosas, tenía una fábrica de medallas de honores y obediencia para pinchárselas y que las luciera en el Soviet. En el fondo juegan con sus cargos, para competir entre carotas y pelotas.
