El alcalde de Estepona, José María García Urbano, ha presentado su presupuesto para 2026 como “histórico”, aunque la oposición lo considera históricamente alejado de la realidad de los vecinos. Según la portavoz socialista, Emma Molina, las cuentas municipales destinan más dinero a postales y asesores que a vivienda pública, transporte o programas sociales, mientras partidas clave como las ayudas de emergencia llevan 15 años congeladas. Para la portavoz del PSOE Emma Molina, las cuentas municipales ignoran los problemas reales de la ciudadanía: movilidad, vivienda, transporte público, limpieza, educación, juventud y refuerzo social.
La portavoz socialista denunció que el Ayuntamiento eleva las inversiones de 17 a 27 millones de euros “sin destinarlas a lo que más falta hace”. Entre las carencias más urgentes, citó la falta de vivienda pública o ayudas al alquiler, el deficiente transporte hacia Marbella con una saturada línea 79, y la necesidad de reforzar la limpieza y recogida de residuos pese a la subida de tasas.
Mientras el alcalde presume de una “bajada histórica” del IBI, Molina sostiene que lo que en realidad se ha aprobado es “una subvención encubierta al empadronamiento”, con un trato desigual entre vecinos que, a su juicio, es “inconstitucional e ilegal”.
En materia social, el contraste es aún más llamativo: de un presupuesto total de 132 millones de euros, apenas 3.000 se destinan a productos alimenticios para el comedor social. Este servicio recibe además solo 42.000 euros anuales, frente a los 217.850 que el Consistorio gasta en postales navideñas. “Se gasta cinco veces más en propaganda que en atender a las familias en situación de vulnerabilidad”, subrayó la edil socialista.
Tampoco en educación hay un compromiso firme: las partidas para mejorar los colegios ascienden a 125.000 euros, insuficientes frente a las deficiencias denunciadas por padres y madres de centros como el Ramón García. En paralelo, el alcalde mantiene su política de cesión de suelo público a colegios privados mediante cánones “irrisorios”, que Molina califica de “regalos a entornos afines”.
La juventud también queda relegada en estas cuentas: apenas 40.000 euros para programas culturales y deportivos en una ciudad que supera los 80.000 habitantes censados. “Un solo concejal cobra más que todo lo destinado a los jóvenes de Estepona”, denunció la portavoz, recordando que el Ayuntamiento paga más de 800.000 euros anuales en sueldos de 15 asesores de confianza.
A ello se suma la polémica sobre la deuda municipal. García Urbano defendió que heredó “304 millones de deuda” y que hoy la ha dejado a cero, pero Molina asegura que los informes oficiales demuestran lo contrario: la cifra real en 2011 era de 124 millones y aún persisten pasivos financieros, deudas con proveedores y con la Seguridad Social. De hecho, en el propio presupuesto de 2026 se consignan más de 10 millones en amortizaciones.
Incluso la Intervención Municipal ha pedido “contención y prudencia en el gasto”, advirtiendo de que el aumento simultáneo de inversiones y gasto corriente puede poner en riesgo la estabilidad presupuestaria si no se acompaña de más ingresos.
“Estamos ante un presupuesto histórico, sí, pero por estar históricamente alejado de las necesidades de Estepona y de la realidad de sus vecinos”, concluyó Molina, que insistió en que las prioridades del alcalde son la propaganda y la imagen, antes que los servicios públicos.