Redacción

El tesoro oculto bajo la montaña: un viaje al corazón rupestre de la Cueva de Nerja

Cultura, Turismo

CUEVA DE NERJA

cueva de Nerja

La Cueva de Nerja conserva uno de los tesoros arqueológicos más relevantes de Andalucía ya que se trata de un conjunto de 321 grupos pictóricos y grabados prehistóricos. Se trata de un patrimonio de enorme valor científico y, al mismo tiempo, especialmente vulnerable, por lo que su acceso directo está restringido. Las pinturas no pueden contemplarse durante la visita a la cavidad y solo se muestran en el Museo de Nerja, donde la tecnología permite acercarse a ellas sin comprometer su conservación.

Dos grandes periodos: del Paleolítico Superior a la Prehistoria Reciente

Las investigaciones realizadas desde mediados del siglo XX sitúan estas manifestaciones artísticas en dos grandes etapas.
Por un lado, el Paleolítico Superior, correspondiente a sociedades de cazadores y recolectores. Es en este periodo donde destaca el empleo del pigmento rojo, elaborado a partir de hematites local. Este material, molido hasta quedar en polvo, se mezclaba con agua y otros aglutinantes hoy desconocidos. La aplicación se realizaba directamente con los dedos, con pinceles rudimentarios fabricados con fibras naturales e incluso mediante técnicas de aerografía bucal.

Por otro lado, el conjunto se completa con expresiones de la Prehistoria Reciente, vinculadas a grupos agricultores y ganaderos. Estos aportan una mayor variedad de recursos iconográficos y técnicos. A ellos corresponden también los grabados neolíticos y calcolíticos, realizados con herramientas de piedra dura, así como las cazoletas, pequeñas cavidades talladas sobre antiguos huecos originados por la acción del agua.

Un patrimonio de difícil acceso y máxima protección

La mayoría de las pinturas se localizan en las zonas conocidas como Galerías Turísticas, aunque muchas no son visibles para el público debido a su localización en espacios de difícil acceso y a la ausencia deliberada de iluminación, medida necesaria para evitar su deterioro. La conservación prima sobre cualquier otro criterio y obliga a que la divulgación de este patrimonio se haga a través de reproducciones fieles.

De los antiguos calcos a la fotogrametría 3D

El estudio del arte rupestre ha evolucionado notablemente desde los primeros calcos del siglo XIX, una técnica hoy impensable por los riesgos que suponía. La documentación pasó después por la fotografía convencional, posteriormente por las imágenes en alta definición y, en la actualidad, por la fotogrametría, una tecnología que permite obtener modelos tridimensionales altamente precisos. Este sistema corrige las deformaciones ópticas propias de las fotografías planas y facilita la identificación de trazos que resultan invisibles a simple vista.

El Museo de Nerja, ventana al pasado

Gracias a estas técnicas, las pinturas rupestres pueden contemplarse en el Museo de Nerja mediante fotografías de alta resolución y material audiovisual que muestra las fases de estudio y los elementos pictóricos más destacados. La Fundación Cueva de Nerja y su Instituto de Investigación insisten en la necesidad de compatibilizar la divulgación con la protección del enclave, considerado uno de los espacios arqueológicos más sensibles de la provincia.

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