José Luis Gaytán

Estepona, una ciudad paraíso de especuladores

La estrategia de este alcalde, José María García Urbano, a lo largo de estos años, solo tenía un fin: convertir Estepona en un emporio de especulación inmobiliaria siguiendo el modelo de Marbella. En esos intereses inmobiliarios García Urbano se mueve como pez en el agua: socio de un prófugo de la justicia condenado en el caso Malaya de Marbella, socio o ex socio, dice ahora, de Bonifacio Solís, adjudicatario de más de 27 millones de euros de construcciones municipales o venta de patrimonio municipal a precio inferior a mercado. La desfachatez del alcalde llega a colocar a su hijo como directivo de Bonifacio Solís. El alcalde, también albacea y administrador de un emporio de empresas inmobiliarias con sede en Luxemburgo.

Para conseguir inversores en los terrenos y litoral disponibles de Estepona, ya no quedan espacios en Marbella, esas viviendas tenían que ser de lujo, son las que generan beneficios altos a los fondos de inversión y a los fondos buitres. La estrategia fue sencilla.

1º.- Emplear fondos Europeos, del Gobierno, de La Junta, de la Diputación… para grandes obras emblemáticas y faraónicas, instalaciones que después privatiza su gestión y se olvida su mantenimiento.

2º.- Un estudiado plan de marketing «Estepona Jardín del Mediterráneo«, convirtiendo el eje de la antigua carretera que cruzaba Estepona de Este a Oeste, en un cuidado paseo cerrado al tráfico al mismo tiempo que se peatonaliza el centro, se le llena de macetas, y se convierte en un parque temático artificioso para turistas. Consecuencias para el esteponero, una caos circulatorio, problemas de acceso, de transporte etc..

3º.- Barra libre para convertir viviendas en apartamentos turísticos, sin importarle los problemas que genera de subida del alquiler de viviendas, expulsión de los que viven en esas zonas tensionadas, encarecimiento de alquiler de locales comerciales destrucción del pequeño comercio y sustitución por anodinas franquicias, encarecimiento de los servicios de hostelería por el turismo.

Consecuencias del diseño de una ciudad para especular

Básicamente se crea una ciudad para turistas, que es el que alimenta ese mercado de especulación inmobiliaria, y se considera al esteponero como ciudadano de segunda con servicios mínimos.

Vivienda
Es la consecuencia más grave, ni los alquileres ni la nueva vivienda, también se encarece la de segunda mano, están al alcance de las clases medias, los trabajadores y los jóvenes. La emigración del pueblo que les vio nacer a pueblos más alejados es la única alternativa. El modelo de ciudad para turistas y ciudadanos ricos del alcalde, expulsa a las nuevas generaciones y a los trabajadores. Lógicamente al alcalde no le interesa la vivienda social ni la ayuda al alquiler para los ciudadanos de Estepona

Zonas exclusivas para turistas
Accesos privatizados a playas exclusivas de hoteles y urbanizaciones; exageradas concesiones de hamacas a hoteles y hostelería que limitan gravemente el disfrute de sus playas al esteponero; resorts de ocio y deportivos algunas en parcelas municipales privatizadas de hecho, inalcanzables para el ciudadano medio.

Barriadas y extrarradio
Esa inversión en el mantenimiento y limpieza del «centro turístico» de Estepona, deja bajo mínimos la limpieza, jardinería, mantenimiento etc. de las barriadas «no turísticas» y extrarradio de Estepona. Incluido un transporte totalmente insuficiente.

Encarecimiento de los precios
La especulación, la subida de precios de locales, el turista de mayor poder adquisitivo que paga esa subida precios, impiden a las clases medias y trabajadores acceder al ocio y a la hostelería del centro y de las playas que toda la vida venía disfrutando.

Este alcalde, con mayoría absoluta, ha diseñado una ciudad para especular, para generar grandes ganancias para unos pocos; mientras, muchos ciudadanos encantados hasta ahora, con las instalaciones faraónicas, flores, paseos y macetas, empiezan a darse cuenta como ha disminuido su calidad de vida en su barrio, en sus desplazamientos, en el coste de su ocio, su angustia por la falta de vivienda para sus hijos…Como en la famosa película, «La ciudad no es para mí» Estepona, es para los especuladores y para turistas que se pueden pagar los costes y la exclusividad de esa especulación. El alcalde ha convertido al esteponero medio en ciudadano de segunda en su propia ciudad.

Jose Luis Gaytán
Autor:

José Luis Gaytán Terraza

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