Redacción

La Cueva de Nerja no solo se descubre bajo tierra, también se camina por encima de ella

Cueva de Nerja, Turismo

La Cueva de Nerja no solo se descubre bajo tierra. También se camina por encima de ella. El Sendero Cueva de Nerja–Almijara propone una experiencia singular: avanzar por la sierra sabiendo, en cada paso, qué sala de la cueva se esconde justo bajo nuestros pies.

El recorrido parte del propio recinto de la cavidad y se adentra en un entorno de enorme valor paisajístico, donde se funden los relieves de Málaga y Granada, en pleno Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama. Un espacio privilegiado, único en Europa, donde el mar Mediterráneo y la montaña dialogan a cada curva del camino.

Un sendero fácil, didáctico y para todos los públicos

El itinerario principal es circular, con una longitud de 1.750 metros, un desnivel de apenas 60 metros y un nivel de dificultad bajo. A ritmo tranquilo, puede completarse en unas dos horas, lo que lo convierte en una opción perfecta para familias, senderistas ocasionales o visitantes que buscan naturaleza sin grandes exigencias físicas.

El inicio se encuentra en la Plaza de los Descubridores, subiendo por las escaleras situadas a la derecha del monumento y girando después a la izquierda. Desde ahí, el sendero comienza a envolver la cueva desde el exterior.

Para quienes prefieran un paseo aún más sencillo, existe una alternativa corta de unos 800 metros, lineal y de ida y vuelta, que conduce hasta un mirador con banco de madera. Desde este punto, la panorámica es sencillamente espectacular: Maro al frente, La Herradura a la izquierda y Nerja a la derecha, con el Mediterráneo extendiéndose hasta el horizonte.

La cueva explicada desde la superficie

Uno de los grandes atractivos del sendero es su carácter interpretativo. A lo largo del recorrido, varios paneles informativos detallan qué salas de la cueva se encuentran bajo el trazado, acompañados de imágenes y explicaciones claras.

Algunos de estos paneles muestran incluso salas no visitables desde el interior, como la Sala de la Lanza, llamada así por un enorme espeleotema que cayó y quedó clavado en el suelo como una flecha monumental. Un guiño fascinante a la parte más desconocida de la gruta.

Geología, flora y fauna: aprender caminando

El sendero no solo habla de la cueva. También explica la geología y geomorfología de la sierra, ayudando a comprender cómo se formó este complejo kárstico. Incluso se exponen muestras de materiales de la zona, una forma muy visual y didáctica de aprender, especialmente atractiva para los más pequeños.

La vegetación es otro de los grandes protagonistas. Aquí conviven especies propias de Málaga y Granada: lirios, margaritas, tomillo, romero, lavanda y extensos pinares que aportan sombra y aroma al paseo.

En cuanto a la fauna, la diversidad es notable. Con un poco de paciencia pueden observarse anfibios, numerosas aves —desde gaviotas hasta águilas y buitres—, reptiles como salamanquesas, camaleones o lagartijas, y mamíferos como la cabra montés, el gato montés, murciélagos o la ardilla roja.

Mucho más que una visita

El Sendero Cueva de Nerja–Almijara es la prueba de que este enclave se disfruta también al aire libre. Un paseo tranquilo, lleno de información, vistas inolvidables y contacto directo con la naturaleza, que complementa a la perfección la visita subterránea.

Porque en Nerja, la aventura no termina al salir de la cueva: continúa caminando sobre ella.

La Cueva de Nerja no solo se descubre bajo tierra, también se camina por encima de ella

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