«Mijas está de moda«, dirán desde el equipo de Gobierno. Otros, también desde las filas populares mijeñas, pueden que defiendan que lo importante es que «hablen de tí, aunque sea mal«. Sea como fuere, ninguno de esos dichos, ninguno de estos apuntes del refranero, en este caso son certeros ni edificantes, ni positivos.
Que media España -o más-, se haya enterado por el programa «Mañaneros» de la RTVE o por digitales de ámbito nacional de que la alcaldesa de Mijas, Ana Mata, se mofa de los concejales de la oposición cuestionando su aspecto porque, presumiendo o prejuzgando, asegura que no hacen deporte como sí hace ella, además de falacia y falsedad, deja en muy mal lugar a quien pronuncia esas palabras y si, como en este caso, quien dicta esa sentencia descalificatoria con una frase tan despreciativa, es la máxima representante institucional de la ciudad, pues sin quererlo ni desearlo y ni mucho menos merecerlo, deja en entredicho a su gente y a su pueblo.
La alcaldesa, no solo por la repercusión mediática de la metedura de pata en su incontinencia verbal plenaria, sino por la dignidad que su cargo conlleva y que debería de acompañarle permanentemente, debería pedir perdón, disculparse y como el Demérito Rey, decir aquello de «Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir«.


